El sueño de una noche de verano

Esa noche fue diferente a las demás...
Había en el ambiente un no se qué me encandiló desde el primer momento,
todo fue natural, sencillo y repetible...
Las ganas de vivir se reflejaron en el espejo de esa noche y
me ayudó a limar el concepto de persona que tenía meses antes
y a darme cuenta definitivamente de que si se quiere, se puede.
Fue una noche especial.
La sangre corría por mis venas cómo si fuera la primera vez que vivía buenos momentos,
la ilusión de un niño chico abriendo los regalos de reyes, el ánimo parecido a cuando gana
tu equipo un título importante, euforia sana simplemente...
Todo era perfecto.
Aunque la música no fuese la que suelo escuchar disfruté infinitamente más que con la mía porque todo estaba en armonía, todos estabamos en armonía y con ganas de pasarlo de escándalo...
Sitio desconocido, gente desconocida, bailes desconocidos,...al final encajó todo.
Ya no es sitio desconocido, ni gente desconocida, el baile se puede discutir.
Ganas por conocer cosas nuevas, emociones nuevas, gente nueva, conocimientos nuevos, sitios nuevos... qué si no lo buscas no lo encuentras.
En mi interior noto ahora que pasó un gran vacio que sólo lo hacen las personas que te llegan al alma, que te marcan, personas y no gente...
Ese vacio tiene solución, nada está perdido.
No hay ni distancias ni horarios, nada. La sensación de lejanía existe pero es una mera excusa, ganas de aceptar lo que te dan hecho. Hay que pelear por lo que uno quiere y desea. Hay que seguir pa'lante sabiendo que hay nuevas e importantes personas en tu vida (mientras más mejor) y que te responderán sinceramente a lo que preguntes... Para eso estamos... La gran parte de la gente tiene olvidado eso, que puede ser a lo mejor lo más importante de todo. Inquietudes, respeto, un buen oído, ganas de vivir... Gracias.