19 noviembre, 2006

Prisas, cuestión de paciencia


¿Por qué no me esperas?
¿Por qué no te quedas, aquí, conmigo?
Siempre tienes prisa, la mayor de las enemigas,
cuando aparezco te vas, cuando apareces me quedo.
maldita incomprensión tuya y mía...


Hace tiempo que te busco y no te encuentro,
me quiero quedar a tu lado, a tu lado
pero no encuentras el motivo
y me tengo que ir como un perro abandonado
esperando la próxima vez que me acaricies, que me vengas a buscar,
con una sonrisa, sin prisas, con un hogar en el que estar contigo
y ser los mejores amantes, con una paciencia única
como aquella vez que nos conocimos, que nos miramos amándonos
con la pasión descolocada de dos amantes locos.


Aquella paciencia desaparecida, aquella incomprensión nos perdió,
quedamos como amigos pero poca cosa, imposible de aceptar.
Maldita paciencia, maldita incomprensión.
Yo sigo buscándote la paciencia, buscándote niña,
buscando la comprensión paciente que tuvimos
aquellos días locos, impacientes pero pacientes.


Te busco con paciencia, encuéntrame con prisas
que el tiempo se nos va, que el tiempo se nos va
y fallamos al destino, que no nos verá de nuevo a los dos
en una noche paciente, en una noche impaciente.

1 comentario: