22 abril, 2007

Sentimiento oxidado, por Pedro Glez.

Era invierno...
aquel día te conocí.
Tu mirada caló con la mía
con más frenesí que nunca.
Una llama empezó a arder...


¡Eras tú!...
bella y pura,
no dejé de mirarte...


Mi corazón se convirtió en locura,
tu sonrisa era mi felicidad,
tus labios, mi deseo,
tu voz, mi dulce melodía,
¡un segundo más quise vivir!...


¡Eras tú!,
bella y pura,
no quise olvidarte...


Era invierno...
mero espejismo fue el frío.
Aquel día sentí...
el calor de tu cercanía,
¡sí!, el calor de tenerte junto a mí...

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