01 enero, 2008

A Triana, por Anabel Delgado Rangel



La calleja abierta,
la noche oscura,
una guitarra en medio de la placita
y unas voces cantando por soleares.

Me adentro en mi mundo,
en mi lugar,
en esa noche de luna clara
donde el ritmo seduce a la más
bella de las criaturas,
donde un oléé o un ejéé
se convierten en todo un arte.

Donde el sol no calienta,
sino que quema.
En aquel rinconcito
donde la gente se para
solamente a contemplar
un precioso puente
de una hermosa ciudad
y donde escriben sus mejores versos
los músicos de toda la humanidad.

Mis sueños
se pierden por esas callejas,
me llevan a sitios recónditos
y mi alma ya no vuelve a formar parte de mí,
quiere quedarse allí
y nunca más volver a salir.

3 comentarios:

  1. Muy buena descripción de triana, ojala hiciera una =, pero sobre cordoba!!, jeje

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  2. La calle cerrada, la noche clara,
    ruidos de motos y autos tuneados, autobuses que no pasan...

    Canis en el Zurraque y por toas partes intimidando a la gente.

    Quiero alejar de, salir me
    de ese no mundo que nos invade.
    No es mi lugar, lo cedo a ellos.

    El ritmo de los equipos en coches
    retumba en mis oídos y en mi calle
    y en la paralela, qué arte!

    El sol, claro y fuerte achichara
    como siempre, no hay sombras,
    y donde hubo las quitaron.

    ( Véase o váyase a Niculoso Pisano)

    Pasee por Castilla, S. Jacinto o ... a la seis de latarde, el asfalto,
    el helado derretido, las suelas de los zapatos hirviendo.

    Puente de Isabel II, vista de Sevilla y río Betis, razón llevas:
    inspiración de poetas, pintores y suicidas...

    Me asusto si me pierdo por las callejas...
    No quiero quedarme ahí.
    Nunca más volvere...

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  3. Soy Anabel.
    MUCHAS GRACIAS POR PONERLA,CARLITOS

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