19 agosto, 2008

Con todo y contigo


Con todo y contigo, olvido lo que te digo…
Persigo y consigo todo lo que no te digo.
Con todo y contigo no sé ni lo que digo…
Con todo y contigo me pierdo y no sé ni lo que escribo.
Maldigo todo cuando digo que te olvido,
Bendigo contigo todo cuando me pierdo y no me sigo…


Con todo y contigo miro y miro todo lo que no escribo…
Con todo y contigo contradigo lo que consigo cuando no estoy contigo.
Describo el olvido cuando respiro sin que tú veas que vivo…
Con todo y contigo he cogido gotas y gotas de sentimiento,
metidas en un cántaro, el cual esquivo y no lo consigo…


Con todo y contigo difumino lo que escribo porque olvido lo que persigo.
Con todo, contigo…contigo todo, todo, tú…
Escribo lo que consigo y persigo, pierdo lo que bendigo y maldigo lo que juega conmigo.
Contigo miro y miro, y contradigo lo que olvido…
Huyo del aire que respiro cuando todo lo describo, si no estás conmigo.
Con todo y contigo, escribo lo que te digo, digo lo que persigo…y…¿lo consigo?

Metáfora intra-pro-vital


¿Te digo: "te quiero"?
Si no te lo digo,
es porque no quiero
perder lo que tengo,
contigo, que pensándolo...
es nada. Para mí, todo.


Todo es un cuento.
O una pesadilla.
Pensándolo...
Mejor no te lo digo.
"¿No te quiero?"
Creo que me ahoga demasiado,
la maldita corbata,
la dichosa enterez.


Cúmulo de blancos y negros
en mi cabeza,
pintura vulcana, don de la
Naturaleza.
¿Te quiero?
Te quiero.
Pero, pensándolo...te lo diré.
¿O no? Si.


Incertidumbre. Alegría.
¿Miedo? No.
Pudor, delicadeza.
¡Terremoto!


Así es la vida cuando pienso...
que pensándolo...creo que...
te quiero.