16 enero, 2011

Buenos insomnios...buenos días


En el insomnio más absoluto, mis palabras
quieren ser prolongaciones de sueños inconclusos,
desesperadamente deseosas de continuar con su uso
y que todo un mundo de posibilidades se abra.


El momento del despertar fue hace ya rato.
El de dormitar, entremezclado y opaco.


Íbamos por una calle, nada paradisíaca.
Nos mirábamos, te miraba, me reuías, me mirabas, te reía, me reías,
nos pintábamos las manos, te manchaba, me decorabas...

De repente, un murmullo salió de mi pecho.
No pretendí que lo escucharas.
En ese momento, todo se convirtió en mucho más que un juego de niños...

Luchamos por vivir cada segundo, cada partícula de oxígeno de nuestras bocas;
cada partícula de contaminación del aire, la apartábamos...
No nos cansábamos de ser felices.
Todo lo hacíamos ser perfectamente imperfecto.


Yo no necesito ser salvado. Ya lo fui hace años.
Lo que necesito es decirte bien alto...¡buenos días, princesa!

1 comentario:

  1. Cambiaría noches sin dormir sólo por lo bonito que aunque sea por teléfono es que te den las buenas noches y los buenos días...
    Menuda diferencia a cómo queda escrita en el blog.
    Me encanta! :)

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