02 julio, 2010

Letras



Arrancarle la piel a las páginas
y que sólo queden las letras.

Que nos engañen las letras,
que jueguen con nosotros dos...
que juguemos con ellas,
que las combinemos como queramos,
donde queramos...
Que sean nuestras.

Encerrarlas en nuestras cuatro paredes,
irreverente cárcel de desenfreno,
sin fianza que valga,
sin tregua ni rendición...

Que nos volvamos locos de tanto usarlas,
implacables al oído y escurridizas al tacto.

Y en el momento final, dejar que escapen.
Para volver a rescatarlas, para volver a usarlas...
para volver a crear.