24 abril, 2014

Yo entorné


Yo entorné la puerta y tú la cerraste.

Y anduve.
Bajo aquella luz de abril sonreían las plantas, sin motivo aparente,
la música sonaba por las aceras, llenas de pasos y zancadas,
la ciudad atardecía entre nubes y viento del norte, aún frío,
el tiempo pasaba lento, pesado como la noche que vendría.

Inacabado como un músico sin instrumento,
pensativo como un filósofo de primer curso,
ausente como la nieve en verano,
rasgado como si hubiera saltado una valla prohibida.

Me paré y cerré los ojos.
Vi la puerta cerrada y no quise abrirla más.
Decidí que no quería más puertas en mi vida.
La realidad debe de tener libertad, 
entrar y salir en el momento que quiera ser de verdad.

Amaneció.
Y cómo pueden cambiar los pensamientos.
Ni puertas ni fronteras en mi felicidad,
sólo la alegría del tiempo que pasa rápido
y quiere ser aprovechado,
conocer lo que puedo aportar a la felicidad ajena,
y por último, morir en el intento,
sin tumba que me espere.

23 abril, 2014

No encontrarnos.

Buscarnos
en las costuras ciegas
de ropas ajadas,
ajenas,
en paseos delirantes
de campos desiertos,
baldíos,
en notas heridas,
de canciones muertas,
sin dueño.

Buscarnos
en palabras silenciadas,
en besos y caricias,
en vasos y colillas,
en todas partes,
y en ninguna.

No sea
que nos encontremos.


 J. G. D.