19 noviembre, 2006

Lucha de realidades


Quizás no te merezco,
quizás no me conoces,
quizás no me quieres conocer.


Por eso lucho con el día a día,
para evitar ver en ti un deber
en el que encuentro vano el insistir,
pero no puedo...
Me gana la batalla...alguna vez.


No nos conocemos,
pero me levanto una vez tras otra esperando algo de ti...alguna vez.


Ahora te pido una oportunidad, sólo a ti,
para buscar y quizás encontrar, quién sabe...


Te quiero de lejos,
esperando que alguna vez confíes en mí
y me dejes quererte de cerca.

Prisas, cuestión de paciencia


¿Por qué no me esperas?
¿Por qué no te quedas, aquí, conmigo?
Siempre tienes prisa, la mayor de las enemigas,
cuando aparezco te vas, cuando apareces me quedo.
maldita incomprensión tuya y mía...


Hace tiempo que te busco y no te encuentro,
me quiero quedar a tu lado, a tu lado
pero no encuentras el motivo
y me tengo que ir como un perro abandonado
esperando la próxima vez que me acaricies, que me vengas a buscar,
con una sonrisa, sin prisas, con un hogar en el que estar contigo
y ser los mejores amantes, con una paciencia única
como aquella vez que nos conocimos, que nos miramos amándonos
con la pasión descolocada de dos amantes locos.


Aquella paciencia desaparecida, aquella incomprensión nos perdió,
quedamos como amigos pero poca cosa, imposible de aceptar.
Maldita paciencia, maldita incomprensión.
Yo sigo buscándote la paciencia, buscándote niña,
buscando la comprensión paciente que tuvimos
aquellos días locos, impacientes pero pacientes.


Te busco con paciencia, encuéntrame con prisas
que el tiempo se nos va, que el tiempo se nos va
y fallamos al destino, que no nos verá de nuevo a los dos
en una noche paciente, en una noche impaciente.

17 noviembre, 2006

Pa' la niña de mis ojos..., por Jesús I.


...tus ojos, y la noche entrando por la ventana.
Allí estábamos, durante un segundo dos cuerpos observando, midiendo, contando... dos besos unidos sin movimiento, manos y dedos corriendo, acelerando, un cuerpo final unido por sentimientos.
Entre todo aquello permanecían tus ojos, y la cegadora luz de la noche.
De nuevo cuerpos rotando, miradas por palabras, movimientos por gestos, pensamientos desvanecidos.
No hacia falta más y la luz entró, se dirigió donde tu verde resplandecía más, donde no podía apartar mi mirada por más que quisiera.
de repente, encontré tu sonrisa...
No necesitaba más que esos ojos y la luz del amanecer...
y después de todo, me diste más de lo que podía agradecer.

16 noviembre, 2006

Niña sureña


Noche lunera, pasión por las calles
frescor nocturno, calor en las aceras.
Las noches andaluzas son así, alegran a cualquiera.
Sur, sur, sur, querido sur... tienes un gran talle.


Cultura de la calle, cultura de la experiencia,
guitarreo por doquier, canturreo del ser...
Encanto y guapura de ella, de una doncella
que ilumina la mirada y te da una estocada
pa que no te levantes y sueñes
en la tierra de los soñadores, en la tierra de ella...