Necesito de ti, amor.
Arrímate a mi y hazte notar.
Suplico cada día en tu altar,
el verte y sentirte, con ganas de gritar.
Cuando te tuve siempre quise jugar,
ahora parece que brota el añorar.
Sangre con sangre en un mismo mezclar,
gestos y parla de un mismo lugar.
Necesito de ti, amor.
Siempre sin apartar, cerca...
Siempre, en mí, presencia que nunca quiere faltar.
Arrímate a mi y hazte notar.
Suplico cada día en tu altar,
el verte y sentirte, con ganas de gritar.
Cuando te tuve siempre quise jugar,
ahora parece que brota el añorar.
Sangre con sangre en un mismo mezclar,
gestos y parla de un mismo lugar.
Necesito de ti, amor.
Siempre sin apartar, cerca...
Siempre, en mí, presencia que nunca quiere faltar.
a S.G.P. (mi padre)
Muy buen sentimiento que has expresado, me gusta, porque llega profundo, se transmite muy bien lo que deseas, muy bien, sigue mejorando cada día.
ResponderEliminarUn buen poeta siempre está unido a su pluma.
EL EJEMPLO (Es de un amigo, no es mio)
ResponderEliminarSiendo niño ya intuía
que su mirar bondadoso
y su mano
me hablaban de la alegría
en un idioma de gozo,
tan cercano.
Otro de grave elocuencia
y ducho en aconsejar,
se esforzaba;
estaba la diferencia
en que él, parco en hablar,
acertaba.
Luego, los años enseñan,
vamos solos por el mundo,
confiados,
y en el mundo te despeñan
un primer paso, el segundo...
y los hados;
la jovial -y corta- andanza:
amistades, salvo alguna,
pasajeras,
y no medrar la esperanza
y mirarte la fortuna
con ojeras.
Pero quien de prima mano
recibió serena hombría,
no se espanta;
que, ,más tarde o más temprano,
esta herencia de alegría
lo levanta.
S.G.P.
Llegas a emocionar
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