01 agosto, 2013

Acto de fé


Dijiste que nos encontraríamos en aquella calle,
cuando el sol decidiera abandonar,
le cambiaríamos el papel en su función.
Anocheceríamos más jóvenes y más escarmentados...
Tú me prometiste que serías tan atractiva como en mis sueños,
yo nunca lo dudé.
Llevarías los labios pintados y el instinto del instante.
La fuerza del silencio de los susurros y bocanadas
estremecerían las paredes de toda la ciudad.

Yo no te decía nada. Sólo asentía.

Me dijiste "incendiaré tu iglesia ya sin fé",
"no te convertiré en nada, te dejaré creer en tu libertad".

Yo te pregunté: "¿Un momento vale más que todo el tiempo?"
Tú me respondiste que cada segundo que compartiéramos
sería de oro y seríamos los más ricos del paraíso...
pero que cada momento también era pasajero.

Siempre nos vimos en la noche,
la luz de tus ojos bastaba para convertir en verano el invierno.
Siempre me decías que morirías de alegría,
yo te escuchaba...y reía entre las sábanas.
Nunca lo dudé.
Siempre nos vivíamos en la noche,
hasta que se hacía de día
y nuestra luz desaparecía.

Nunca te dije que te quería. Tú a mí tampoco.
Nunca creímos en algo tanto como en esto.

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