11 noviembre, 2013

Miro la sombra

Miro la sombra cansada de una sombra,
que intenta alcanzarla para ser más,
dejar de ser, al fin, penumbra oscura
y ser, al menos, luz de un cuerpo estéril;
quizás sólo quiera ser el murmullo del gentío
o convertirse en recuerdo de un cualquiera.

Porque la noche, al olvidar,
no recuerda quién pasó por ella,
ni quién la miraba con ojos entristecidos,
o de enamorado.

Que la noche, cazadora de sombras y sueños,
jamás se acordará de mí,
ni de ti,
ni sabrá, jamás, que existimos.

Para ella sólo seremos
sombras de sombras pasadas.

J.G.D.

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