No soy más que dueño de lo que toco y dejo escapar.
No pretendo alquilar sonrisas de cerámica a cambio de libertad.
Parece que todo se va a romper y sin embargo...
cae por su propio peso, implacable, resistente.
Los inviernos te pillan desprevenidos por la espalda,
esa renovación latente, ese frío que concreta las emociones.
No soy más que uno más.
Sólo soy un afortunado más.
Un ladrón de verdades,
que a veces hasta las encuentra...
No pretendo alquilar sonrisas de cerámica a cambio de libertad.
Parece que todo se va a romper y sin embargo...
cae por su propio peso, implacable, resistente.
Los inviernos te pillan desprevenidos por la espalda,
esa renovación latente, ese frío que concreta las emociones.
No soy más que uno más.
Sólo soy un afortunado más.
Un ladrón de verdades,
que a veces hasta las encuentra...
Ladrón de verdades.Qué bonito.
ResponderEliminarYo soy más bien una caza-fortunas de sueños.
Un devoradora de momentos..
Me alegra mucho verte por aquí.